George Stalk
A medida que los puertos, las carreteras y los aeropuertos están cada vez más repletos, el mundo enfrenta una inminente crisis de transporte. La crisis actual oculta la amenaza, pero cuando comience la recuperación, una escasez de capacidad de infraestructura, combinada con los aumentos en los precios del crudo, restringirá el crecimiento. La congestión y los retrasos socavarán las utilidades de las empresas, y éstas se verán obligadas a cuestionar la estructura de sus largas y complejas cadenas de suministro. Las organizaciones inteligentes usarán métodos poco ortodoxos para recortar los costos de transporte �a menudo ocultos� y así superar a sus rivales.