Los años de prosperidad hicieron que las empresas se preocuparan poco del capital circulante. Existía tanto efectivo dando vueltas que los ejecutivos no se preocupaban de cómo sacarle provecho, especialmente si eso podía afectar las utilidades reportadas y el crecimiento de las ventas. El capital y el crédito casi han desaparecido, los clientes están ajustando sus cinturones y los proveedores no toleran los pagos atrasados. Entonces es el momento para analizar fríamente cómo está usted administrando su capital circulante. Si lo hace, dicen los autores, es bastante probable que descubra una tremenda cantidad de capital amarrado en cuentas por cobrar e inventario.
En este artículo, los autores exploran seis errores comunes que cometen las empresas en esta área: administrar en torno al estado de resultados, lo que puede incentivar a los ejecutivos a amarrar capital en acciones y en cuentas por cobrar porque los estados de resultados a menudo no incluyen ítems de costos importantes; premiar a la fuerza de ventas sólo por el crecimiento, lo que hace más probable que se realicen concesiones en los términos de intercambio, ya que los vendedores buscan formas para que los clientes compren; enfatizar en exceso la calidad de la producción, lo que a menudo resulta en procesos de producción lentos y de altos costos; amarrar las cuentas por cobrar, a las cuentas por pagar, porque incluso un cambio desafortunado y costoso en los plazos de un proveedor no debería bajo ninguna circunstancia constituir una razón para replantear la relación con el cliente; aplicar las razones de circulante y de liquidez inmediata de los ejecutivos bancarios, lo que tiende a aumentar la probabilidad de que una empresa enfrente una crisis de liquidez; y hacer benchmarking con los competidores, lo que puede hacer que los ejecutivos actúen de manera autocomplaciente cuando sus indicadores de capital circulante están en línea con las normas del sector. El simple hecho de corregir estos errores liberará un montón de efectivo oculto.