en este texto se presenta una reflexión sobre la interacción digital (videojuego) y su fusión con el deporte más popular del mundo. Se plantea la idea de que los videojuegos son verdaderas expresiones de sus creadores, ya que no solamente son producto de la cultura, sino también transformadores de la misma. En un contexto de una insipiente era digital, los videojuegos empezaron a explorar el traslado de una experiencia lúdica física a su forma electrónica, fenómeno apenas estudiado en los estudios de comunicación.