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Una semana antes de Navidad, Tim O�Connell, alto ejecutivo de Driscoll Software, recibe una llamada de Hybara Casinos. El sistema del ex cliente ha estado fallando y la empresa quiere que se solucione el problema antes de la noche de Año Nuevo. El proyecto generará ingresos que son cruciales para la empresa, pero implica quemarse las pestañas durante dos semanas para realizar un trabajo que normalmente toma seis semanas; y además, durante las fiestas de fin de año. La programadora estrella de Tim, Alessandra Sandoval, dejó la empresa hace varios meses y la novata Kristen Hammersmith la reemplazó. ¿Debería Tim contratar a Alessandra para que realice el proyecto o confiar en Kristen para que lidere el equipo? Michael Schrage, investigador de Center for Digital Business de Sloan School del MIT, señala que debería contratar a Alessandra inmediatamente. Kristen está completamente sobrepasada. Pero mucho más importante es que Tim es un ejecutivo con un desempeño alarmantemente malo.
Carol A. Walker, la fundadora y directora de la firma consultora Prepared to Lead, concuerda con el hecho de que Tim no está haciendo su trabajo, y ofrece un escenario posible donde demuestra su confianza en Kristen y la apoya para ayudarla a tener éxito en este proyecto.
Paul Muller, vicepresidente de marketing estratégico para los productos de software de Hewlett-Packard, dice que en este plazo tan severamente comprimido, Driscoll e Hybara necesitan evaluar los riesgos involucrados y las implicancias de los costos al tratar de apurar el proyecto. Si deciden seguir adelante, Tim debería empoderar a Kristen para que lidere el proyecto.
