Este trabajo analiza los distintos aspectos de la tentación proteccionista ante la crisis. Sostiene que el sistema multilateral de comercio está funcionando bien para contener las presiones nacionalistas, pero que la crisis también está poniendo de manifiesto que las reglas existentes tienen algunas lagunas que están siendo aprovechadas para introducir medidas encaminadas a apoyar la producción y el empleo nacional. Ello sugiere que habría que adoptar algunas reformas en el marco multilateral de gobernanza del comercio mundial, sobre todo en lo relativo a las compras y ayudas públicas y en la regulación del sector financiero. Además, sería conveniente cerrar la Ronda de Doha sin pretender ir más allá del paquete negociado en julio de 2008. Aunque esto no daría lugar a nuevas oportunidades de comercio serviría para consolidar los niveles arancelarios y de subsidios actuales, evitando que el proteccionismo vaya subiendo a medida que el desempleo aumente y los gobiernos tengan mayores presiones para establecer nuevas barreras comerciales.