Una conclusión de la Ronda Doha podría contribuir de manera significativa a la recuperación económica. Desde la Administración española trabajamos para que el acuerdo sea posible. Nuestro reto en las negociaciones es incardinar la política comercial española, con sus intereses sectoriales y regionales específicos, en la política comercial común. En el sector agrícola tenemos claros intereses defensivos en sectores como frutas y hortalizas, y plátano en particular, y también intereses ofensivos. En los sectores industriales y de la pesca, España comparte la aproximación metodológica con el resto de Estados miembros, pero tiene intereses particulares en determina dos sectores, y muy diferenciados en el sector de la pesca y, en concreto, en las subvenciones pesqueras. La mayor apertura de mercados, que se derivaría de un acuerdo en la Ronda Doha, nos lleva también a defender una mayor protección de las «indicaciones geográficas», interés que compartimos con otros Estados miembros y con otros países miembros de la OMC. Igualmente, España defiende unas negociaciones en Servicios más ambiciosas, con unos mercados de gran interés para nuestros sectores de servicios. Por último, la Ayuda para el Comercio, aunque no es un capítulo de negociación en la Ronda Doha, es una prioridad para nuestro país, como así lo demuestra el hecho de que nos hayamos convertido en uno de los principales donantes de este concepto de ayuda.