La evaluación de las declaraciones financieras y la decisión de invertir o no en una empresa como resultado de esta evaluación, lejos de obedecer a un examen frío y calculado, quedan sujetas a aspectos psicológicos del inversor. Las investigaciones realizadas por los autores del presente artículo, en las que han tomado en consideración diversos aspectos de la presentación de los estados contables de las empresas, así lo corroboran.