El Anteproyecto de Ley Orgánica de reforma del Código Penal de 2008, supone un paso más en la exacerbación punitiva injustificada que viene caracterizando las sucesivas reformas y regulaciones del delito de blanqueo de capitales en los últimos tiempos, al incriminar las conductas de mera posesión y utilización de los bienes, incluso cuando fueren realizados por los propios responsables del delito del que proceden los bienes, produciendo con ello consecuencias penales absurdas.