El objetivo de este artículo es analizar las causas que explican la inestabilidad del sistema de financiación autonómica. El análisis muestra a partir de un juego en forma extendida que la inestabilidad es el resultado del comportamiento racional del gobierno central y de los gobiernos autonómicos. Por un lado, el gobierno central es incapaz de labrarse una reputación de jugador duro y renunciar a la utilización de la financiación para maximizar sus estrategias electorales. Por otro lado, el particular diseño institucional de la descentralización en España genera incentivos para la revisión continua del modelo de financiación por parte de los gobiernos autonómicos. Estos incentivos tienen su origen en las asimetrías entre el régimen foral y el régimen común, en la excesiva dependencia de las Haciendas autonómicas de las transferencias del gobierno central y en la redefinición permanente del reparto competencial entre Administraciones. Si estas características institucionales permanecen, no importa cuánto se comprometa el gobierno central a establecer un sistema de financiación estable; la renegociación periódica seguirá produciéndose si la actual estructura de incentivos se mantiene.
The main purpose of this article is to analyze the explanatory factors of regional financing instability. The analysis is based on an extensive-form game and shows that instability is the result of a combination of national and regional governments? rational strategies. On the one hand, central government is unable to build a reputation as a strong player and refrain from using the modification of regional financing to maximize its electoral strategies. On the other hand, the particular design of decentralization in Spain prompts regional governments to continually renegotiate financing agreements. Renegotiation incentives have to do with the asymmetries between the common and «foral» systems of financing, the overly transferbiased system, and the ongoing revision of the distribution of powers across levels of government. Instability will be contingent upon the institutional context that gives rise to perverse incentives. Therefore, no matter how strongly central government commit to set up a stable system of financing: the instability will surely continue pro - vided that the current structure of incentive remains.