Partiendo de la emergencia de un nuevo modelo de acumulación en América Latina, que sustituye al previo basado en la industrialización sustitutiva de importaciones, en este artículo se analizan los cambios que se están gestando en los mercados de trabajo de la región. Se postule que el énfasis de las dinámicas laborales se está desplazando desde una integración limitada, que se manifestó en la generación de empleo formal, hacia el predominio de tendencias excluyentes. Los niveles de desempleo, a pesar del dinamismo de las economías en los años noventa, no han descendido, sino que, por el contrario, han tendido a crecer. Se puede hablar de crisis del empleo formal dada la pérdida de importancia del empleo público, núcleo duro de este tipo de ocupación, y las tendencias hacia la precarización del trabajo asalariado. Y hay persistencia del autoempleo no sostenible en áreas urbanas pero, sobre todo, rurales. Además se argumente que están acaeciendo cambios en términos de dinámicas de integración. Estas se encuentran cada vez menos en la generación de puestos de trabajo a través de políticas estatales; por el contrario, remiten a las capacidades de los propios trabajadores de crear sus propias oportunidades de empleo y/o condiciones laborales. Estas capacidades, que se entienden bajo el término de empleabilidsd, no son incompatibles con las tendencias excluyentes y más bien tienden a reforzar su predominio en las dinámicas laborales actuales enAmérica Latina.