Mariano Aguirre Ernst
Al revisar las líneas maestras de la política exterior de Estados Unidos, el gobierno de Barack Obama está promoviendo una serie de pasos y negociaciones en Oriente Próximo que podrían provocar transformaciones sustanciales. La revisión obedece a un análisis de los diversos cambios internacionales que han modificado el peso de EE UU en el mundo. En el caso de Oriente Próximo, Obama y su equipo sitúan la creación de un Estado palestino como un paso esencial en la resolución del conflicto palestino-israelí, y clave para remediar el profundo deterioro de la relación entre EE UU y el mundo árabe. Desde la perspectiva de la nueva administración, la mejora de esta relación es un requisito que contribuirá a la seguridad de su país y de Israel. Obama, Clinton y Mitchell parecen decididos a cambiar la situación en Oriente Próximo. Sus directrices son; no más asentamientos, gobierno de unidad entre Hamás y Al Fatah que permita crear un Estado palestino y la implicación de potencias como Egipto, Siria y Turquía.