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La vigencia y destrucción del patrimonio sonoro es la imagen de fondo de este trabajo que ahonda en las causas del olvido de una de nuestras mayores riquezas musicales �el órgano de tubos� un rey destronado por la desidia y las nuevas tecnologías aplicadas a lo musical que lo desvirtúan y amenazan su supervivencia. Como suele suceder en España, el mayor interés por este instrumento y por las obras geniales de los muchos músicos que han escrito para él se encuentra en el extranjero donde nombres como los de Antonio de Cabezón o el padre Soler son reconocidos entre los grandes compositores mundiales.
