La tarea de informar en tiempos de crisis se encuentra con la dificultad de muchos medios y expertos que alientan el pánico con las propias informaciones, contribuyendo con ello a que la crisis sea más profunda. En la crisis actual, los medios tienen la dificultad añadida de tener que informar sobre una crisis que les está afectando de forma muy específica, por lo que hay que replantearse las cuestiones básicas que deben atender. En este contexto los ciudadanos tienen que entender que las informaciones bien realizadas, que estaban acostumbrados a recibir de las grandes cabeceras de referencia, tienen unos costes determinados que hay que cubrir y que por el camino de la cultura de la gratuidad que ha traído Internet no se puede hacer frente a esos niveles de calidad que han existido hasta ahora.