La Ley Orgánica para la igualdad efectiva de hombres y mujeres ha pretendido extender la efectividad del principio al mundo de la empresa, a través de una presencia paritaria de aquéllos en los Consejos de Administración. Desde cualificados sectores de opinión, se viene insistiendo en el carácter fuerte de la norma. El autor se hace eco de los inconvenientes que dificultan su pleno anclaje en el sistema societario y propone una intervención alternativa que lo hace posible a costa de residenciar el núcleo de la obligación en el terreno documental o de las formas.