Después de la Declaración de Marsella, la creación de la Unión por el Mediterráneo (UPM) abre varias cuestiones sobre el futuro de los procesos de cooperación regional de los países miembros. Los procesos más importantes que hay que abordar son, en primer lugar, los referentes a la gestión de la movilidad humana en el Mediterráneo. A continuación, hay que asegurar la integración regional entre vecinos mediante la resolución de conflictos, particularmente en la cuestión Palestina �núcleo central de la cólera de los árabes y de su resentimiento contra los países occidentales. La educación es también un asunto prioritario cuya responsabilidad recae en los países del Sur, pero en el que la colaboración y el hermanamiento entre los centros educativos de ambas orillas son esenciales.