Las empresas virtuales coordinan buena parte de su actividad a través del mercado, en el que se reúnen agentes libres para comprar y vender productos y servicios. Por tanto, las empresas virtuales pueden aprovechar la fuerza de los elementos del mercado para desarrollar, fabricar, comercializar, distribuir y prestar servicio técnico a sus ofertas de una forma que las empresas completamente integradas no pueden imitar.