El presente artículo es una reflexión sobre el impacto de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a Personas en Situación de Dependencia en los Servicios Sociales Comunitarios y sobre la importancia de este momento y de esta situación para el Trabajo Social como profesión.
Pretende sobre todo recapacitar sobre la oportunidad que ofrece este nuevo entorno para mostrar la imagen de una profesión que ha madurado y que es capaz de ofrecer a los ciudadanos intervenciones de calidad técnica.