En los últimos años estamos asistiendo a cambios estructurales en la base exportadora española que se manifiestan en un mayor número de empresas que exportan regularmente, es decir, de aquellas que se consolidan en nuevos mercados de exportación, al tiempo que se ha producido una concentración de la exportación en un menor número de empresas, derivado de un redimensionamiento de la empresa exportadora. La concentración es más patente en aquellos sectores que más se han sometido a la competencia exterior. El aumento de la base exportadora es más significativo en mercados no comunitarios, explicando el crecimiento de las exportaciones en los mismos, lo que se ha traducido en una patente diversificación de las exportaciones españolas en los últimos cinco años.