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La enorme crisis del sistema de financiación de la asistencia sanitaria en EEUU está contribuyendo a acentuar la gran crisis económica existente en aquel país. En realidad, las dos crisis -la sanitaria y la económica- están íntimamente relacionadas. Una de las causas mayores de bancarrota de las familias estadounidenses es precisamente su imposibilidad de pagar las facturas médicas y las pólizas del aseguramiento privado, situación que ha empeorado en la crisis económica presente. Por otra parte, la financiación de la asistencia sanitaria a cargo de las empresas (donde las pólizas de aseguramiento privado las pagan los empresarios y trabajadores) significa un coste adicional que les pone en situación de desventaja competitiva frente a empresas extranjeras que no tienen tales costes. Esta situación favorece también la internacionalización de la producción en tales empresas como manera de ahorro de tales costes. La financiación basada en el aseguramiento privado es la causa de que el sistema sanitario además de ser enormemente costoso sea ineficiente, poco equitativo y muy impopular.
