Las políticas sociales encaminadas a favorecer las condiciones de vida de las personas "sin hogar" han mejorado durante los últimos años. Se ha incrementado el número de centros de atención y la calidad de los servicios. Sin embargo, en estos momentos es necesario realizar una planificación más exhaustiva de las necesidades de alojamiento de la población "sin hogar" en relación al número de demandantes, apostando por el incremento de la inversión en centros de acogida y en equipos de profesionales capacidados.