La acción social, como la humana, se sostiene y continúa su curso gracias al impulso que le infunden los propósitos que la animan en un momento dado, proporcionándole una continuidad previsible hacia el futuro. A partir del análisis de los «impulsos» que orientan a la educación hoy como podemos llegar a atisbar lo que ésta podrá ser, aunque tratándose de acciones desarrolladas en un contexto institucional, la inercia de las organizaciones tenderá a colonizar dicho impulso a favor o en contra de nuestros intereses. En el panorama actual, la educación --que hemos hecho equivalente a la escolarización prolongada-- es una realidad sobre la que recaen expectativas procedentes de diversos proyectos sobre los que se vuelcan narrativas que quieren imponer lo que cada una de ellas entiende como progreso social. Este trabajo trata de auscultar las contradictorias tendencias «hacia delante» que contiene el confuso presente, de las que se pretende extraer las consecuencias de trasformaciones que se reclaman a los sistemas escolares.