La inmigración ha tenido un notable crecimiento en España durante la última década. La llegada de inmigrantes no ha contado con una infraestructura de acogida suficiente y muchos de ellos están en situación de precariedad al carecer de papeles en regla. La carencia de empleo, o la precariedad laboral cuando lo encuentran, hace que muchos inmigrantes engrosen el número de personas sin hogar o sin techo que malviven en la calle, transformando el perfil de los excluidos hasta el punto que más de la mitad de los usuarios de albergues o servicios para personas "sin hogar" en España son ya extranjeros.