Creo que el Desarrollo Profesional Docente Universitario (DPDU) adopta la forma de una sinfonía, con una estructura musical que me recuerda un primer movimiento que simultanea el lento de la identidad profesional (adagio), con otro moderadamente vivo de cambio basado en valores (allegro); un segundo movimiento --aseguramiento de la calidad-- que es el más lento de todos (largo); un tercero --construcción de compromiso comunitario-- que tiene carácter vivo y esforzado (scherzo) y, finalmente, un cuarto --la arena de la práctica-- que es intenso y entusiasta (allegro con fuoco). En este sentido, los movimientos de este artículo sugieren la novena sinfonía de Dvorák, y como ella articula un «nuevo mundo» de desarrollo profesional, ese que va más allá de enunciados formativos retóricos para introducir nuevas claves de aprendizaje profesional, figuras aliadas añadidas al desarrollo docente y renovados códigos de práctica universitaria.