Gabriel Janer Manila
El artículo subraya la importancia de la narración para ordenar la experiencia y fijarla en la memoria. La representación de lo que vemos es tanto una forma de conocimiento como de dotar de sentido al mundo, de organizarlo y ordenarlo. La capacidad de narrar nos distingue efectivamente como hombres, llegamos a ser sujetos morales gracias a ella. Desde estos presupuestos, el autor explora cómo aprenden los niños el arte de narrar, de la representación del mundo. Se destaca, igualmente, el papel de la educación en este proceso.