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De entre tantas definiciones una de las formas de organizar el discurso que se puede usar con diferentes objetivos es la argumentación. Argumentar es convencer al receptor al receptor respecto de un mensaje, sobre un asunto o tema a través del razonamiento.
En los textos jurídicos se abren implicancias a partir de las cuales se argumenta para realizar acciones por medio de las palabras. La Retórica Clásica nació vinculada a la argumentación, pues aquella refería la técnica fundada en el conocimiento de las causas que engendran efectos persuasivos Todo discurso argumentativo, según los cánones de la Retórica Clásica debía construirse en base a dos movimientos: el primero que busca conmover a su interlocutor, a través de un llamado a sus sentimientos y el segundo que apunta a convencerlo a través de la información y de un llamado a la razón. En la actualidad argumental sólo nos queda la visualización de una estructura tripartita: introducción,desarrollo y conclusión. La Retórica, de ayer y de hoy, se articula con la Semiología del discurso.
