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Los desgraciados hechos ocurridos en Sevilla con la adolescente Marta del Castillo generan en la opinión pública la impresión de que las leyes amparan más a los delincuentes que protegen a la sociedad. Esta opinión generalizada, apoyada por el 66,1% por ciento de los ciudadanos que la justicia protege más a los delincuentes que a las víctimas, puede tener su justificación en la existencia de un sistema de ejecución penal en el que todas las actuaciones tienen como único destinatario al autor del delito, dejando en un segundo plano el daño ocasionado a la víctima, al primar exclusivamente la idea de reinserción del sujeto autor del mismo.
