Iñaki Uriarte Palacios
La naturaleza ha proporcionado a Bilbao dos elementos fundamentales para su desarrollo: el mineral de hierro de sus montes como materia prima y su Ría. La coincidencia de ambos en un espacio territorial muy próximo propició que la implantación de la Revolución Industrial tuviese especial incidencia en el entorno de la villa de Bilbao.
La colonización industrial y demográfica sobre este espacio supraurbano originó unos bordes fluviales fabriles duros compartidos con asentamientos sociales muy contrastados: desde la infravivienda obrera hasta unos emplazamientos burgueses de altísima calidad. Como testigo de tantos episodios acontecidos en su curso en los últimos 150 años, constituye el escenario de la industrialización la contemporaneidad. Establece un relato de espacios y episodios laborales hasta ahora sólo apreciados por su capacidad productiva, ajenos a los conceptos tradicionales de belleza. Sin embargo, la decadencia de muchos edificios, instalaciones y utillajes industriales, crea un paisaje en declive rodeado de romanticismo que otorga un valor estético a estos monumentos laborales.
De alguna manera la Ría es la razón de ser, el alma de un lugar que debemos valorar y respetar. Recuprear exige una reflexión y reinterpretación de su naturaleza como cualidad paisajística. A esta complejidad territorial debe darse respuestas de regeneración respetuosas con los testimonios más significativos.
La Ría de Bilbao es un relato de preexistencias, permanencias y desapariciones. Melancolía y utopía, homenaje y paisaje.