Helena A. Alves
Aljustrel designa, simultáneamente, el nombre de un poblado medieval y el conjunto de las principales minas existente a su alrededor. Debido a esta proximidad, la villa va adquiriendo y reestructurando, desde mediados del ochocientos hasta la actualidad ¿incluso en esta fase de desindustrialización- una identidad con trazos culturales mineros. En un espacio alargado espacialmente, las infraestructuras coexisten: la jornada para el empleo se vuelve así un viaje al pasado histórico del trabajo y de las técnicas mineras allí utilizadas.
Este caso es paradigmático de la disparidad de criterios que han sido utilizados para valorar el Patrimonio Histórico y Arqueológico. A pesar de su visibilidad e importancia para la economía local y regional, el Patrimonio Industrial ha sido abandonado y alejado de las referencias culturales de la villa, tanto por los poderes locales como por la propia población.
En mayo de 2002 el Museo Arqueológico de Aljustrel inauguró una exposición sobre ¿2000 años de Minería en Aljustrel¿, con el objetivo de divulgar, preservar y revalorizar el Patrimonio Natural e Histórico (Material e Inmaterial) del lugar, y de manera complementaria el concepto de desarrollo de la ciudadanía e identidad local relacionados con la diversidad y pluralidad de trazos culturales y saberes ligados al universo del trabajo industrial.