El estado actual de la política criminal española, que podría caracterizarse como expansionista o crecientemente punitiva, parece querer explicarse por el propio legislador y en la literatura penal, al menos en parte, apelando a la demanda social en tal sentido. Sin embargo, cabe preguntarse de dónde se extrae esa visión de la ciudadanía actual como crecientemente punitiva. En este trabajo se defiende que los fenómenos o fuentes de datos que en ocasiones se presentan como demostrativos de tal actitud punitiva ciudadana, analizados adecuadamente, no permiten tal deducción (al menos no sin matices importantes). Adicionalmente, tenemos acceso a otras fuentes de información que nos enseñan un panorama muy diferente de las actitudes ciudadanas (en particular las preguntas sobre los llamados "casos-escenario"), que en absoluto casa con la imagen punitiva que en ocasiones se transmite.