En este artículo, sus autores analizan algunos resultados de una encuesta realizada en 1998 a la población andaluza en temas relacionados con la defensa de los derechos de los consumidores. Para ello, utilizan el concepto de <> y lo desglosan en distintas dimensiones para medir su extensión e intensidad, a saber: sensibilidad cunsumerista (afectividad y conocimiento) y comportamiento consumerista (individual y colectivo). Los resultados han permitido segmentar la población andaluza en distintoS grupos, dando lugar a una tipología. Combinando los enfoques socioestructurales, culturalistas y situacionales, la hipótesis contrastada empíricamente en el estudio ha sido la existencia de un perfil social del consumerismo en Andalucía. De ella se ha derivado que su presencia y extensión vienen determinadas por la posición social de los ciudadanos (enfoque socioestructural), por sus orientaciones normativas (enfoque culturalista) y por la estructura de oportunidades en que desarrollan sus acciones (enfoque situacional).