Nuestro artículo muestra cómo la noción de praxis constituye el punto de partida de la proposición cognitiva que encontramos tanto en la obra de Giambattista Vico (1668-1744) como en la de Karl Marx (1818-1883). La praxis, concebida como la forma específica en que los seres humanos buscamos satisfacer nuestras necesidades materiales y espirituales, se transforma �dada esa misma especificidad� en el demiurgo de la historia, y va trazando los caminos por donde se desliza su acaecer. Pensada en estos términos, la praxis se nos presenta como un fenómeno esencialmente inmanente. Nuestra indagación muestra, sin embargo, que esta misma praxis pugna también por �recuperar� la infinitud, por trascender. A través de la búsqueda de la satisfacción de esta necesidad, la praxis deviene portadora de la lucha por la trascendencia; más aún, se transforma en el vehículo por excelencia de su búsqueda...