El seguimiento del desarrollo económico durante los siglos XIX y XX permite hacerse cargo de las tendencias básicas que subyacen y provocan las crisis. La crisis se presenta como un momento de tensión entre las fuerzas que intervienen en el proceso valorador del sistema capitalista. Con la primera Gran Crisis se inicia la industrialización acelerada y se acelera también la concentración de los poderes económicos. Después de ella Estados Unidos aparece como gran beneficiario y comienza a construir su imperio mediante formas disfrazadas de penetración que se esconden tras otras soberanías. A partir de este momento será esta potencia la que sirva de plataforma del gran capitalismo mundial.