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Marta Blanco Quesada
El comercio no es el problema de la actual crisis financiera y económica sino que debe ser parte de la solución. Las autoridades están adoptando distintas medidas destinadas a favorecer el retorno de la economía a una senda de crecimiento. Si estas medidas tienen efectos positivos sobre el comercio, éste podrá actuar como amortiguador de la crisis. Si por el contrario, los Gobiernos caen en la tentación del proteccionismo, la recesión será más profunda y duradera según las lecciones del pasado. El director general de la OMC ha publicado el primero de una serie de informes donde aparecen las medidas que están adoptando los Gobiernos para poder valorar las consecuencias comerciales de la crisis financiera. El G-20 se reúne el próximo mes de abril en Londres y no debe desaprovechar esta nueva oportunidad que se presenta para alzar la voz en defensa del libre comercio y para impulsar la definitiva conclusión de la Ronda Doha de la OMC.
