En parte de la literatura reciente sobre sociología del trabajo y de las organizaciones, el reconocimiento del papel de los obreros como agentes ha venido de la mano de una concepción de la subjetividad de los trabajadores como un �efecto� contradictorio e inconsistente de las relaciones de poder. Frente a esta concepción, y a partir del análisis de dieciocho entrevistas realizadas a trabajadores de una multinacional automovilística de Barcelona, se pondrá de manifiesto en este artículo el carácter innovador, autónomo, lógico y coherente del conjunto de los significados que guían las acciones cotidianas de los trabajadores. En el caso analizado, los trabajadores guían sus acciones cotidianas bajo la idea de la necesidad de respetar un código ético de comportamiento compuesto por una serie de principios morales bien trabados. Las acciones de compromiso y resistencia, que algunos autores presentan como contradictorias, aparecen aquí como acciones coherentes con una serie de principios éticos, y por tanto, como racionalmente ajustadas a valores.