La idea de democracia es, probablemente, una de las que más consenso suscita en las sociedades contemporáneas, al tiempo que existen síntomas claros de desafección política. Las interpretaciones de este fenómeno de desafección política son muy diferentes. Mientras para unos la falta general de implicación política es una consecuencia del individualismo y el «privatismo cívico», que amenaza con romper los lazos de la comunidad política, para otros es la consecuencia de la crisis de la política dirigida por las élites que da paso a nuevas formas de participación política impulsadas desde la base. En el fondo de estas interpretaciones contrapuestas subyace el debate sobre el concepto normativo de ciudadanía o del «buen ciudadano». En este trabajo se analizan empíricamente las diferentes concepciones de ciudadanía en Europa, a partir de la importancia que los individuos atribuyen a los diferentes deberes cívicos que constituyen la definición de la ciudadanía desde un punto de vista normativo. Para ello se distingue una dimensión de compromiso normativo y otra dimensión de compromiso comunitario. Y se explica la valoración de cada una de estas dimensiones en el nivel individual utilizando técnicas de análisis multinivel.