La provincia de Zamora se adhirió al alzamiento militar de julio de 1936 el día después del mismo, cl 19. Los militares zamoranos conocían y apoyaban el golpe desde la primavera. Zamora fue uno de los emblemas de la nueva España, que primero desde Burgos, y después desde Salamanca, Franco construyó rápidamente, a costa de un control y una represión que invadió todos y cada uno de los aspectos de la vida cotidiana.
Los cambios en la educación; la actuación de los falangistas, el Ejército, la Guardia Civil, y la labor del Clero desde el púlpito y desde los despachos, unido a la desinformación de los escasos medios de comunicación controlaron los comportamientos, la moral y el pensamiento de la masa social de Zamora, compuesta, primordialmente, por labradores y jornaleros.