El papel de la UE en la promoción de las reformas argelinas ha sido más limitado que en otros Países Socios Mediterráneos y requiere una aproximación distinta. El artículo repasa la evolución de las reformas macroeconómicas y estructurales argelinas, constatando el retraso de las segundas y los problemas de consistencia en la política económica que ello plantea. A continuación se traza la evolución de las relaciones Argelia-UE, caracterizadas por la Asociación Euromediterránea, y se analizan los motivos del rechazo argelino a negociar un Plan de Acción de Vecindad. El artículo concluye que, en el corto plazo, el único incentivo de que dispone la UE para impulsar las reformas estructurales en Argelia reside en flexibilizar el acceso al mercado energético comunitario. No obstante, a largo plazo esa estrategia tendría que ir acompañada por medidas que diversifiquen las relaciones económicas bilaterales en el marco de la Política de Vecindad.