Aunque las cifras de la siniestralidad laboral en España siguen siendo elevadas e "impropias de un país con nuestro grado de desarrollo", Juan Manuel de Oña Navarro considera que "algo hemos mejorado como refleja el descenso del número de accidentes mortales, pero también porque el funcionamiento de las instituciones está yendo a mejor". Aún así, es consciente de que todavía "las cifras no soportan la comparación con los países de nuestro entorno". De igual modo, considera que "su trabajo tiene cierta capacidad de advertencia, puesto que el Derecho Penal tiene una función preventiva, es el último argumento del ordenamiento jurídico y cuando fracasan el resto de medidas llega el momento del Derecho Penal, que es de consecuencias más severas"