El Turismo puede ser visto desde múltiples puntos de vista. La consideración que prima generalmente es la de actividad económica. Pero, desde sus comienzos, tiene también un carácter de relación humana, enriquecedora tanto para los turistas como para las comunidades que les dan acogida. En ese intercambio humano y cultural que promueve el turismo, la lengua tiene una importancia fundamental como herramienta de comunicación. Ahora bien, el turismo puede contribuir a reforzar situaciones de preponderancia de ciertas lenguas mayoritarias, como el inglés en general y el castellano en España, y particularmente en el Alto Aragón. Al mismo tiempo, puede influir negativamente en el patrimonio lingüístico propio o autóctono de la comunidad receptora, en nuestro caso favoreciendo el deterioro del aragonés. Pero también puede analizarse de modo positivo la contribución del turismo a la revitalización del aragonés, tanto en las denominaciones de los establecimientos comerciales y hosteleros, como en la recuperación de la toponimia, en el campo de la gastronomía o, de una manera general, mediante el desarrollo de un turismo cultural de calidad enfocado al aprendizaje de la lengua aragonesa en su contexto sociocultural y en su ámbito territorial, que, al mismo tiempo que fomenta la captación de una clientela ofertando algo específico del Alto Aragón, contribuye también a la dignificación de la lengua aragonesa y consecuentemente a un desarrollo pleno, tanto económico corno humano y cultural, del país.