Con casi sesenta años de experiencia, las operaciones de mantenimiento de paz de las Naciones Unidas vuelven a ser hoy retadas, esta vez en Líbano. Estas misiones han evolucionado siguiendo tres tendencias desarrolladas después de la Guerra Fría: la transformación de misiones de �primera generación� o tradicionales a otras más amplias y complejas; el impacto creciente del cleavage Norte/Sur en ellas; y la progresiva regionalización. Sin embargo, la misión reforzada en el Líbano (FINUL) es una operación de herencia tradicional con particularidades, más robusta y liderada excepcionalmente por estados europeos, que acarrea numerosos retos. El presente artículo examina como, si bien las citadas tendencias determinan las directrices del mantenimiento de la paz para el futuro próximo, la FINUL reedita la necesidad de adoptar en el Líbano una aproximación clásica adaptada a las nuevas realidades. El autor analiza como, a pesar de no abarcar algunos elementos de la agenda de la seguridad internacional después del 11-S, estas operaciones se reconstituyen en los albores del siglo XXI como un elemento indispensable de unas relaciones internacionales necesitadas cada vez más de una aproximación social.