La práctica intelectual se caracteriza por el desajuste del lugar que se cree ocupar con el discurso y la autoridad atribuida al discurso. Los efectos del discurso intelectual, del lado de la recepción, son pragmáticamente incontrolables; por eso están abiertos al conflicto moral donde se juzgan valores y responsabilidades. Los intereses de la capa intelectual serían precisamente los sociales generales, en el marco de una conflictividad social...