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Steven Berglas
En el mundo de las empresas familiares existe una "gran mentira". Cuando el fundador de la empresa dice: "Estoy pensando en jubilarme..." y a continuación no cumple con su promesa, usted ha sido testigo de esta gran mentira. Por cierto, no todos los fundadores de empresas familiares que dicen "Estoy pensando en jubilarme" están mintiendo. E incluso aquéllos que sí mienten casi nunca lo hacen conscientemente. El problema es que sin importar cómo y por qué se dice la "gran mentira", tarde o temprano ésta enviará ondas disruptivas a toda la empresa.
Hasta hace poco, señala el autor, los consultores tradicionales han abordado este problema de la manera equivocada, centrándose en "proteger" a los herederos del negocio de las diversas consecuencias de la promesa vacía del fundador. Sin embargo, lo que realmente se requiere es una intervención al fundador, puesto que son sus temores e inseguridades los que traban todo el proceso de planificación de la sucesión, y no las reacciones o la ineptitud de sus herederos.
Tras más de dos décadas de estudiar y hacer consultoría a fundadores de empresas, el autor decide plantear su perspectiva. Y ésta es muy simple: cambiar el modelo típico que se preocupa por los herederos cuando el plan de sucesión ya ha sido establecido y adoptar uno que diga: "Cuando son abordadas las preocupaciones psicológicas del monarca, el reino prosperará': Para hacer esto, no sólo es necesario cambiar de foco, sino que también es necesario enfrentarse a los intentos inconscientes del fundador de sabotear el proceso de sucesión, los que pueden llegar a constituir una estrategia destructiva para abordar una situación que el autor denomina la "piromanía empresarial':
Usando como ejemplo una empresa ficticia con sede en Chile, el autor muestra por qué es tan difícil, pero al mismo tiempo tan urgente, abordar las "grandes mentiras" de los fundadores.
