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Henrietta Mercer, vicepresidenta senior de recursos humanos en LaSalle Chemical, está enfrentando un desafío inédito en su carrera: Steve Ambler, recientemente nombrado director de ventas en bloque de la empresa, ha decidido cambiar su identidad de género. Antes de que Henrietta terminara de formular una respuesta corporativa al respecto, alguien anónimamente deja una copia de su memo confidencial en el escritorio de un colega de Steve, cuya reacción violenta sugiere el tipo de problema que surgirá en el futuro. ¿Cómo pueda ayudar a Steve a hacer su transición en un entorno laboral donde no todos están de acuerdo con el plan? Linda E. Taylor, de Raytheon Missile Systems, señala que Henrietta debe ofrecer mucha capacitación de identidad de género. Cuando los empleados de Raytheon cuestionan el aspecto moral de apoyar las opciones transgénero, Taylor explica que la empresa no emite juicios respecto de la vida privada de sus empleados y que trabajar en Raytheon significa respetar su política de inclusión. Ronald K. Andrews, vicepresidente de Prudential, dice que es clave trabajar muy estrechamente con la persona que está en transición y señala que el coraje de la persona es lo que más impresiona a los otros empleados. Prudential sostuvo una reunión para educar a los ejecutivos de cuentas y brindarles información antes de que hablaran directamente con sus clientes clave; ninguno abandonó la empresa. Stasha Goliaszewski, científica e ingeniera en Boeing, inició su transición de género después de cuatro años de trabajo con la empresa. El departamento de recursos humanos ayudó con los otros empleados, y su experticia profesional le sirvió mucho en sus relaciones con los clientes. Señala que las grandes empresas deben formular ya sus políticas de identidad de género, para que de esa forma no se encuentren ante una situación que no sepan manejar.
