Dunia Amparo Samamé Quispe
La movilidad humana referida a la educación multiplica las opciones de estudio, genera ciclos de nomadismo académico y representa para los estudiantes de los países periféricos el reforzamiento de su perfil profesional con el objetivo de mejorar sus posibilidades de inserción en el mercado laboral. En general, los flujos migratorios han diseñado nuevas realidades socio-culturales en el interior de los países receptores, convirtiendo las capitales de Europa, por ejemplo, en espacios mestizos y culturalmente plurales.