En este trabajo se muestra la complejidad que se esconde tras un razonamiento aparentemente sencillo, empleado por Ernesto Garzón en su fundamentación de los deberes positivos generales, consistente en considerar fundada la existencia de un deber en el hecho de que la conducta contraria al mismo es la causa de un daño. Se muestra que este tipo de argumentos admiten varias interpretaciones y que todas ellas plantean inconvenientes: Puede asumirse una noción adscriptiva de causalidad que use criterios normativos para la imputación del status de causa, pero entonces el argumento se vuelve circular. En cambio, si se usa la regularidad fáctica como criterio de atribución, el argumento se frustra a sí mismo. La alternativa es «rebajar» la exigencia de una conexión causal a la exigencia de eficacia causal; pero entonces tenemos sólo la mitad del argumento: la otra mitad requiere un complejo razonamiento, de carácter esencialmente normativo. La conclusión final a la que llegan los autores es la de que fundamentar la existencia de los deberes positivos generales requiere, como en el caso de los deberes negativos generales, discutir abiertamente de normas, principios y valores
This paper shows the complexity underlying the apparently simple argument used by Ernesto Garzón in order to justify general positive duties. This argument is based on the idea that the existence of a duty is justified because the opposite course of action causes harm. It is shown that this type of argument can be interpreted in different ways, and that all of these raise problems: If we take an adscriptive concept of cause, that is, a concept that uses normative criteria in order to impute the status of cause, then the argument becomes circular. In contrast, if we use factic regularity as a criterion of attribution, the argument defeats itself. The alternative is to lower the requirement from a causal connection to causal effectiveness; then, however we only have half of the argument: The other half requires complex reasoning of an essentialy normative nature. The authors reach the conclusion that in order to justify the existence of general positive duties the open discussion of norms, principles and values is required, as is the case with general negative duties.