Este trabajo examina las implicaciones filosóficas de la aplicación de algunas ideas recientes en Teoría de los Juegos al problema de la Autonomía de un Banco Central. En la parte sustantiva del trabajo se muestra que la Autonomía del Banco Central no es la única solución posible al problema del sesgo inflacionario en un juego de política económica entre Gobierno y Sindicatos. Este sesgo inflacionario también puede desaparecer i) bien porque la racionalidad, siendo ilimitada, no es conocimiento común en una versión dinámica (en tiempo virtual) del juego, ii) bien porque, en una versión evolutiva en tiempo real (con un pequeño límite a la racionalidad), el equilibrio del juego puede no coincidir con el equilibrio de Nash. La lectura filosófica de este problema, u otros similares, nos hace ver que la Diversidad no está reñida con la Universalidad de la razón y que la Historia puede ser una explicación legítima.