En España se ha ido produciendo una descomposición del principio de estabilidad en el empleo, descomposición producida tanto en el mercado como en la construcción jurídica. El resultado ha sido una explosión de la contratación temporal. El artículo examina, a partir de los datos de la Encuesta de Población Activa (1987-1994) la evolución y características de los contratos temporales y los flujos de entrada y salida de la contratación temporal. Entre las entradas aparecen tres tercios diferenciados y entre las salidas aparecen flujos significativos hacia el paro y hacia empleos estables, lo que apunta la existencia de tipos diferentes de prácticas empresariales respecto a la contratación temporal.