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Juan Luis Llorens Urrutia
La profunda transformación que ha experimentado la bolsa española ha tenido un efecto positivo en la Bolsa de Bilbao, reafirmando su apuesta por consolidar una plaza financiera relevante. La interconexión informática provoca, de todos modos, una deslocalización de la actividad bursátil que hace que la actividad se produzca (i) allí donde hay demanda y (ii) allí donde se provea el mejor servicio. La utilidad de consolidar la plaza financiera no radica tanto en los beneficios que depara la intermediacíón bursátil sino en la formacl . ón de un núcleo de profesionales altamente cualificados en la ingeniería financiera, capaz por tanto, de generar una cultura financiera sofisticado que debe repercutir favorablemente en la financiación de las empresas privadas y en el sector público. Por ello, de cara al futuro el reto principal de la Bolsa bilbaína está en atraer al mercado bursátil no sólo a los inversores financieros (que cada vez más serán instituciones y menos personas físicas) sino a los ínversores reales en busca de financiación competitiva, a cambio de rentabilidad.
