Alejandro Córdoba Largo
La mayoría de las empresas son ya conscientes de que deben cumplir con lo que los usuarios esperan de ellas en cuestiones medioambientales y de responsabilidad social, y por eso muchas han incorporado a sus comités de dirección la figura de un director de responsabilidad social corporativa. Sin embargo, en muchos casos, este director se encuentra desamparado a la hora de justificar las inversiones en su área ante el resto de sus compañeros en la dirección. El autor de este artículo presenta los argumentos que le permitirán conseguir que la empresa vaya más allá de unas prácticas de responsabilidad superficiales.