Revisando la teoría de la transición demográfica, se sugiere que el cuerpo de literatura teórica sobre demografía es escaso, inconexo y epistemológicamente dudoso. Se examina la utilidad de la demografía histórica surgida de la teoría de la transición. Esta metodología pone en duda en las regularidades históricas que la teoría de la transición postula. Se analizan algunos estudios que muestran reconstrucciones históricas de los patrones de natalidad y matrimonio en la Europa preindustrial, resultando imposible imputar las tendencias encontradas (por ejemplo, los declives y los aumentos en la fecundidad) a la acción de causas concretas. Resultan igualmente dudosas las conexiones que en el plano de la teoría se han establecido entre desarrollo económico y descenso de la natalidad. Se concluye que no existe evidencia que confirme la teoría de las grandes transiciones demográficas. En las sociedades tradicionales la fecundidad y la mortandad son altas, mientras que en las sociedades modernas presentan índices bajos. No pueden compararse los cambios demográficos acaecidos en el pasado en Europa con los del Tercer Mundo. Hasta ahora, la teoría de la transición demográfica no es sino un conjunto de proposiciones lógicas interrelacionadas susceptibles de inspirar enunciados empíricamente verificables